Derivados del cáñamo para la formulación cosmética

aceite cáñamo_hoja

La utilización de derivados del cáñamo para la formulación cosmética se remonta a etapas antiguas de la historia. Se sabe, por ejemplo, que en la antigua China las preparaciones tópicas de cannabis se utilizaban de forma externa para tratar erupciones cutáneas, úlceras, heridas y para la alopecia. También hay evidencias arqueológicas que indican que preparados de cannabis de uso tópico eran utilizados por los egipcios para tratar problemas oculares y para el vendaje de heridas. Los árabes medievales aplicaban sus hojas para mejorar algunas afecciones de la piel como la pitiriasis y el liquen plano. En tiempos más modernos, ya en el siglo XX, y anterior a la prohibición de su comercialización, las tinturas de cannabis se vendían con frecuencia en cualquier farmacia para el tratamiento de las callosidades, la vejiga irritable y para los dolores menstruales. Así pues, podemos comprobar que el potencial terapéutico de esta planta ofrece un gran abanico de posibilidades.

Para entender mejor cual es el proceso mediante el cual los derivados del cannabis pueden actuar en la piel, hay que entender que esta posee receptores para las sustancias endocannabinoides que nuestro propio cuerpo sintetiza en lo que conforma un sistema endocannabinoide (de síntesis interna), que está implicado en sistemas tan complejos como el desarrollo de la epidermis y de sus anejos (pelo y uñas). Este sistema endocannabinoide también está implicado en la supervivencia celular, en las respuestas inmunes e inflamatorias, en la síntesis de lípidos dérmicos o en la transmisión de los estímulos sensoriales al Sistema Nerviosos Central (SNC).

Actualmente se están llevando a cabo numerosos estudios clínicos dónde queda de manifiesto el potencial uso del cannabis y de sus derivados como ingredientes fundamentales en el tratamiento de algunos desequilibrios dérmicos como puede ser la dermatitis atópica, la esclerodermia o la psoriasis. Esto ha hecho que algunos activos como el cannabidiol, abreviado como CBD, se haya puesto de moda en las preparaciones cosméticas, y especialmente en los productos de cosmética natural. En nuestro blog podéis encontrar post muy completo sobre el CBD dónde se hace un análisis profundo de la situación este activo en cosmética natural, os invito a visitarlo. A continuación vamos a ver algunas materias primas derivadas del cáñamo que se han ido integrando en la cosmética natural. Veremos sus características principales y su forma de utilización en cosméticos naturales.

Aceite de cáñamo CBD

El CBD cannabinoide, es un isómero no psicoactivo del tetrahidrocannabinol (THC), su forma disponible más creciente es el aceite de CBD. Al no tener actividad psicoactiva se ofrece como un activo totalmente seguro. A nivel práctico, el aceite de cáñamo CBD podríamos decir que no es más que  un extracto solvente concentrado compuesto de flores u hojas de cannabis que se disuelve en un aceite vegetal como el de girasol, el de cáñamo o el aceite de oliva. Los solventes utilizados para su extracción, pueden variar de solventes orgánicos relativamente inocuos, como el etanol o el alcohol isopropílico, a otros más tóxicos como éter de petróleo. Su extracción también se puede hacer con fluidos supercríticos como el butano o el CO2. Las condiciones exactas y los solventes aplicados para su fabricación tienen un gran impacto en, por ejemplo, el sabor, el color y la viscosidad del producto final. Debido a que muchos otros componentes de la planta se extraen conjuntamente con los cannabinoides deseados, en ocasiones estos deben de ser eliminados, con el fin de poder obtener un producto final más puro. Su uso es principalmente terapéutico, tanto a nivel oral como tópico.

Recordando lo que nuestra tutora María José Gea nos explicaba sobre el CBD, sabemos que en Europa está permitido el cultivo de la variedad cáñamo de Cannabis sativa siempre y cuando la concentración en THC no supere el 2%. Partiendo de esta base, en la Convención Única sobre Estupefacientes (firmada en Nueva York el 30 de marzo de 1961) se considera estupefaciente las resinas, los extractos y la tintura del Cannabis. En el Anexo II del Reglamento (CE) 1223/2009, en el que se listan las sustancias cuyo uso está prohibido aparecen los estupefacientes (entrada 306) como sustancias prohibidas. Por lo tanto, el cannabis, su resina, extractos y tinturas no se podrían usar en cosmética. Sin embargo, quedan excluidos de la clasificación como estupefacientes las semillas y las hojas de cáñamo, que no contienen cannabidiol. Para poder utilizarlo como ingrediente cosmético, lo que ha hecho la industria es obtenerlo de forma sintética, esta es una forma de  asegurar que el ingrediente cumple con la legislación vigente.

aceite cáñamo_matraz

Para que quede más claro, dejamos la opinión de la Comisión Europea que dice al respecto: “El cannabidiol no está incluido como tal en la Convención Única sobre Estupefacientes del 1961. Por tanto, se considera al cannabidiol fuera del alcance del Anexo II, del Reglamento (CE) 1223/2009 en la entrada 306. Sin embargo, si se prepara a partir de sustancias prohibidas como los extractos, las resinas o las tinturas de Cannabis Cannabidiol si que se considera dentro del alcance de la prohibición.”

Aquí tenéis un enlace a la entrada del Cannabidiol como ingrediente cosmético en Cosing (base de datos de ingredientes cosméticos Europeos), donde se explica también la situación en Europa para este ingrediente.

Aceite de cáñamo o aceite de semilla de cáñamo

Cuando hablamos del aceite de cáñamo, en realidad nos estamos refiriendo al aceite de semilla de cáñamo, ya que es un aceite vegetal que se extrae de las semillas de dicha planta. El aceite de semilla de cáñamo tiene una larga historia. Se ha cultivado durante más de 10.000 años, y se considera que fue el primer cultivo agrícola importante. El cáñamo funcionó bien para la agricultura porque las hojas de la planta que caían al suelo lo fertilizaban, permitiendo que los agricultores lo pudieran utilizar para abonar las tierras de una forma ecológica y sostenible.

El aceite de cáñamo proviene del prensado de las semillas de aquellas variedades de Cannabis con bajo índice del componente psicoactivo tetrahydrocannabinol (THC). Este aceite no debe ser confundido con el aceite de hachís que se extrae de la flor de la Marihuana. Es un aceite rico en ácidos grasos poliinsaturados (AGPI), también conocidos como PUFAs, del acrónimo en inglés. Estos ácidos grasos se reparten en una proporción mayor en ácido linoleico (ω-6) y con proporciones inferiores, en ácido α-linolénico (ω-3). De ahí que se le atribuyan propiedades calmantes y reparadoras de la piel. El aceite de semilla de cáñamo también contiene ácido gamma linoléico (GLA), que es un poderoso antioxidante. El ácido GLA nos ayuda, además, a reparar la barrera natural de la piel e hidratarla, así como a disminuir las rojeces.

En el mercado podemos encontrar el aceite de semilla de cáñamo tanto puro como en mezclas de diferentes proporciones con otros aceites vegetales, como el de girasol o el de oliva. Su denominación INCI es Cannabis sativa seed oil y su nombre comercial en inglés es el de Hemp Seed oil o Hemmpseed oil.

Su tacto es seco y es indicado para pieles sensibles o irritadas. Es un aceite fácilmente oxidable y, por tanto, además de evitar calentarlo a temperaturas altas mantenidas durante largos períodos de tiempo, debe de utilizarse junto un antioxidante natural como puede ser una mezcla de tocoferoles.

Extractos de cáñamo

A partir de las diferentes partes de la planta también se pueden obtener distintos extractos tanto en base acuosa, en glicerina o en otros solventes. Estos extractos pueden ser utilizados en fórmulas cosméticas en base agua, como por ejemplo, tónicos, geles de baño o brumas refrescantes.

Podremos encontrar estos extractos con las siguientes denominaciones INCI: Cannabis sativa seed water o Cannabis sativa leaf/steam water. Los extractos solubles en agua son ricos en compuestos bioactivos como los antioxidantes, aunque no tienen las mismas propiedades regeneradoras y calmantes de la piel del aceite de cáñamo puro ya que carecen de la fracción lipídica del aceite. Es por eso, que actualmente se están desarrollando otras formas de mejorar la incorporación del aceite de cáñamo, como puede ser en forma de liposomas.

Otros derivados del cáñamo

Las fibras que provienen del cáñamo, además, se puede utilizar para fabricar productos relacionados con la cosmética como los guantes o manoplas exfoliantes. El polvo de las semillas o las propias semillas también pueden ser utilizados en productos exfoliantes junto con el propio aceite de cáñamo.

aceite cáñamo_serum

Como creemos que el aceite de cáñamo es un aceite muy interesante desde el punto de vista terapéutico, en especial para las pieles más sensibles, os proponemos una fórmula sencilla dónde lo utilizaremos tanto por sus propiedades calmantes como por la capacidad regeneradora de la piel.

Serum de noche regenerante para manos con aceite de cáñamo

Fase A

• Aceite vegetal de jojoba (Simmondsia Chinensis seed oil) 49.00 %
•  Aceite vegetal de avellana (Corylus Avellana Seed Oil) 30.00 %
•  Aceite vegetal de semilla de amapola (Papaver Somniferum Seed Oil) 5.50 %
•  Aceite de babasú (Orbignya Oleifera Seed Oil) 5.00 %
•  Aceite de semilla de cáñamo (Cannabis Sativa Seed Oil) 10.00 %
•  Tocoferol (Tocopherol (mixed), β-sitosterol, Squalene) 0.50 %

Nota: esta formulación es experimental y puede requerir ajustes para su fabricación final.

Procedimiento

1. Calentar ligeramente el aceite de babasú a una temperatura de 40-45ºC para fluidificarlo.
2. Mezclar todos los ingredientes de la fórmula siguiendo el orden descendente de la formulación.
3. Incorporar el aceite vegetal de babasú a la formulación bajo agitación suave.
4. Agitar toda la mezcla durante 10 minutos hasta asegurar su total homogeneidad.

Como aceite base de nuestro serum de noche para manos con aceite de cáñamo hemos utilizado un aceite de tacto seco como es el aceite de jojoba, que además es muy poco oxidable. Hemos añadido también otros aceites de tacto medio- seco como el de avellana, el de semilla de amapola y el de babasú, de esta forma equilibraremos la extensibilidad, absorción y perfil sensorial del producto final. Es importante tener en cuenta la aplicación que le vamos a dar a nuestro producto cosmético natural para poder escoger bien los aceites. Como se trata de un producto para manos, necesitaremos asegurar la suficiente extensibilidad para que se distribuya bien por toda la superficie de aplicación, pero a la vez que se absorba de forma rápida y sin dejar demasiado residuo.

Aunque la mayoría de los aceites utilizados, como el de jojoba, babasú y avellana tienen una sensibilidad a la oxidación baja, es conveniente (tal y como se ha apuntado anteriormente) proteger de la oxidación a los aceites más sensibles, como el aceite de cáñamo y el de semilla de amapola. Para ello, añadimos una mezcla sinérgica de tocoferoles que hará que la protección de la fórmula sea efectiva.

Para este tipo de productos recomendamos utilizar un envase de cristal opaco. Como es un producto fluido se puede envasar tanto en gotero como en dosificador hermético. En las normas de utilización del producto, y con objetivo de protegerlo de la oxidación, se puede recomendar guardarlo en un lugar fresco y exponerlo lo mínimo posible al aire y a la luz.

En nuestro curso de introducción a la formulación de cosmética natural disponemos de un módulo en el que se habla en profundidad de los aceites vegetales y de sus características cosméticas. También podéis encontrar en nuestro blog mucha información sobre cómo elegir los aceites vegetales  para vuestras fórmulas cosméticas, y sobre los 10 aceites más utilizados en cosmética natural. Os recordamos que desde Mentactiva os ofrecemos un servicio de consultoría personalizada, tanto para nuevos proyectos, como para proyectos que ya estén en marcha.

Escrito por María Cerdán. Tutora de Mentactiva.

Recursos bibliográficos

  1. Di Marzo V, Bifulco M, De Petrocellis L. The endocannabinoid system and its therapeutic exploitation. Nat Rev Drug  Discov. 2004; 3: 771–784.
  2. Ong PY. Emerging drugs for atopic dermatitis. Expert  Opin Emerg Drugs. 2009; 14: 165-79.
  3. Tóth KF, Ádám D, Bíró T, Oláh A. Cannabinoid signaling in the skin: Therapeutic potential of the “c(ut)annabinoid” system. Vol.  24, Molecules. MDPI AG; 2019.
  4. Hazekamp A. The Trouble with CBD Oil. Med Cannabis Cannabinoids [Internet]. 2018 Jun 12 [consultado 24 marzo 2020];1(1):65–72. Disponible en: https://www.karger.com/Article/FullText/489287.
  5. Klimkiewicz A, Jasinska A. The health effects of cannabis and cannabinoids. Psychiatria. 2018 Jun 27; 15(2):88–92.
  6. CosIng – Cosmetics – GROWTH – European Commission [Internet]. [consultado 24 marzo 2020]. Disponible en: https://ec.europa.eu/growth/tools-databases/cosing/index.cfm?fuseaction=search.results
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